CUANDO DIGITALIZAR LA SALUD NO ES TRANSFORMAR LA SANIDAD

La Transformación Digital de la sanidad en favor de los pacientes

La transformación del sector salud es una realidad palpable en la que las tendencias tecnológicas se están acelerando a la par que las precursoras se consolidan. Nuevos dispositivos móviles desde los que acceder a todo tipo de información o la hiperconexión de los mismos a Internet posibilita grandes progresos en todos los sectores relacionados con las TIC y la salud es uno de lo más prometedores.

Por otro lado, según se desprende del informe eHealth (tecnología y medicina) del COODii, el incremento de la longevidad de las personas y el aumento de patologías crónicas supone la necesidad de evolucionar unos servicios médicos y asistenciales sobrecargados por lo que comenzamos a usar, cada vez más, nuevos términos como telemedicina, asistencia médica domiciliaria (todas las comunidades están apostando por este modelo) o algo tan “sencillo” como las citas online.

El futuro de la sanidad se vislumbra apasionante por su adopción tecnológica y digital pero es aquí donde no debemos caer en el error. No podemos confundir la digitalización con la verdadera clave de una evolución de éxito es decir, la Transformación Digital. Quedarnos en la adopción de tecnología digital es solo arañar la superficie de lo que realmente es una mejora de los modelos y procesos de una organización y su actividad en cuestión, esto es, adaptar el entorno digital a lo largo de toda su estructura.

¿De qué nos sirve aglutinar una ingente cantidad de información de pacientes y su historial clínico o poder acceder a la misma desde cualquier sitio, si no sabemos qué hacer con esa información? El auténtico valor de los sistemas digitales viene del tratamiento de los datos para convertirlos en herramientas clave para las decisiones del profesional clínico, diagnóstico de enfermedades y epidemias, evoluciones terapéuticas, etc.

¿Damos un paso más?, entonces hablaremos de prever listas de espera, evoluciones de tratamientos farmacológicos, investigaciones para enfermedades hereditarias, detecciones precoces, etc. El aprovechamiento de tecnologías y sistemas de Big Data sanitarios abre posibilidades hasta donde la explotación de los datos nos permita.

Un aprovechamiento que debe ser liderado por profesionales de la salud, pero con el apoyo de las instituciones las cuales deben facilitar la introducción tecnológica en sus procesos de una manera planificada y organiazada. Es imprescindible un análisis inicial, conocer las capacidades de los profesionales y pensar en el ciclo de concienciación y adaptación, así como la detección de posibles carencias a corregir en primer lugar.

Como se suele decir, “si a un caos organizativo le añadimos la digitalización tendremos un monumental caos”. No podemos permitir que una desorganización en la implantación tecnológica lastre las labores médicas y la atención al paciente.

Este último aspecto no es sino el primero y único. El foco de cualquier organización debería apuntar directamente a su cliente o mejor dicho en este caso, su paciente. Cuanto esfuerzo “desperdiciado” en cargas administrativas. Cuanto tiempo invertido pendientes de la pantalla del ordenador sin que lo que muestra genere valor real o empatía hacia el paciente que asoma tras ella.

La Transformación Digital de la sanidad cambia el modelo tradicional trayendo avances que actúan directamente sobre la satisfacción del “cliente” como por ejemplo, tomas de imágenes adaptadas al paciente, prótesis personalizadas, la ya mencionada telemedicina en la que los pacientes están mejor informados sobre su enfermedad o evitarles largos desplazamientos prescindibles gracias a la telemonitorización.

Hablamos de la evolución hacia un paciente más autónomo, con mayor conocimiento e implicación en su proceso de curación y sobre todo, participe de un proceso sanitario global más eficiente. Esto es la Transformación Digital de la sanidad en favor de los pacientes.

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