Si hiciéramos una nube de etiquetas, al modo de las que se ven en los blogs, sobre el lenguaje empresarial actual, incluso sobre el social y político, estoy convencido de que la palabra “Innovación” aparecería de forma central como una de las de mayor tamaño. Y es que se ha convertido de un tiempo a esta parte en uno de los mantras de la gestión de las organizaciones, con aspecto de haber venido para quedarse.
Yo, que no discuto en absoluto su importancia, tengo interés no tanto en la que diríamos más cotidiana, la que algunos llaman Innovación incremental, sino en la que resulta en verdad disruptiva, aquella capaz de cambiar posiciones de mercado, modelos de negocio y status quo competitivos.
¿Cuál es la razón de ello? Pues, para ser sinceros, tengo tres razones para enfocar mi interés en la Innovación disruptiva: una obvia, otra interesada y una tercera personal.
Una razón obvia es que es la disrupción la que posee mayor capacidad de generar valor sostenido y diferencial, la que concita la máxima potencialidad de ROI sobre el esfuerzo innovador, y al final los hombres de empresa tenemos que tener siempre en el punto de mira las oportunidades de cambiar las reglas de juego a favor de nuestras organizaciones. Eso reza absolutamente para nuestros Clientes, quienes tienen un interés permanente en todo lo que pueda generarles verdaderos aportes competitivos, y la Innovación disruptiva es uno muy claro.
La segunda razón, ya digo que interesada, es que hay un consenso global en que las Tecnologías de la Información, de las que en INYCOM somos un actor con papel relevante, están en el centro del escenario a la hora de cambiar los paradigmas productivos y las reglas del juego. Es así que la Digitalización Empresarial se ha posicionado como un indiscutible camino de Innovación disruptiva, hasta el punto de que en muchos sectores se comienza a ver no ya como tal sino como el camino obligado, no como el medio potencial de diferenciación sino como el único posible.
Decía que es una razón interesada porque INYCOM es una organización plenamente integrada en muchos procesos de Digitalización, de generación de Innovación disruptiva a través de las TIC de nuestros Clientes, y sus aportaciones de valor, que vemos a diario, es la base de nuestro negocio y de la relación que mantenemos de partners estratégicos con ellos.
Y hay una tercera razón, no sé decir si más importante que las anteriores, pero sí que claramente al mismo nivel: una razón de tintes personales. Y es que soy un convencido (lo somos en nuestra empresa) de la importancia de las personas, del eje central que constituyen en todo proceso competitivo, y de que es bueno que así sea, que recuperemos si alguna vez se llegó a perder el valor esencial del factor humano en la empresa. Y me parece muy satisfactorio comprobar que la ecuación de la Innovación disruptiva y las TIC carece de la fuerza necesaria sin añadirle el ingrediente poderoso que es el Talento.
Comprobamos cada día cómo son los impresionantes equipos formados por los profesionales magníficos de nuestros Clientes y los nuestros propios los que hacen posible que las soluciones tecnológicas cambien las reglas del juego en los mercados en que se mueven. Son las personas de gran talento e implicación que trabajan en nuestros Clientes y en Inycom los que día a día imaginan y hacen posible esos cambios disruptivos cuyos resultados nos emocionan: aplicaciones de Inteligencia de Negocio a nuevos entornos de Big Data, digitalizaciones de la productividad personal a través de entornos móviles virtuales seguros que explotan en productividad, saltos competitivos en organizaciones industriales que aplican el paradigma 4.0 son situaciones brillantes que vemos cotidianamente y que son solamente posibles si a las TIC aplicadas a la Innovación disruptiva se les suma un Talento humano que es totalmente diferencial.
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