Cuando el Hardware y el Software van de la mano, ¡qué difícil puede ser la elección!
La industria informática de los ordenadores conoce desde hace tiempo las ventajas e inconvenientes de que el fabricante del hardware, de lo duro, de los elementos físicos, sea también el fabricante del software, de lo blandito, de lo intangible que lo hace funcionar como finalmente lo perciben los usuarios.
Los PCs con el sistema operativo D.O.S. de Microsoft frente a los Apple Mac (InToch) con su propio sistema Operativo (todavía no llamado MacOs) fueron los primeros.
Esta misma batalla en los móviles y tabletas también actualmente la tiene (Google) Android contra iOs y sus iPhone, y tal vez la tenga Huawei con su anunciado futuro y su S.O. Harmony OS.
Por destacar las ventajas de tener todo junto siempre se nombra la posibilidad de exprimir al máximo la tecnología de los nuevos dispositivos, aunque está el contrapeso de actualizar la mayor cantidad de dispositivos posible o discontinuar el soporte y las actualizaciones (incluyendo las de seguridad), que no es más que un tipo de obsolescencia programada más allá de la de la duración de las baterías.
Por otro lado, los dispositivos que tienen el hardware independiente del software se tienen que alinear con los fabricantes del S.O. para aprovechar las novedades o para intentar aprovechar la personalización del hardware que le diferencia respecto a la competencia. En general, en este tipo de soluciones el cliente dispone de más opciones (más marcas y modelos) y en muchos casos más económicas que en el primero todo integrado, aunque la competencia tampoco permite disparar las diferencias de precios.
Como ejemplo, la reciente publicación de la versión 10 de Android, tardará en llegar a muchos dispositivos debido a esto, mientras que las actualizaciones de iOs se distribuyen a todos los dispositivos compatibles a las pocas horas de su anuncio.
Otro ejemplo de hardware con software del fabricante son los dispositivos con el software embebido, que disponen de un Firmware, aunque también ahí cada vez se tiende más a Sistemas Operativos más generales. Android e iOs ya están compitiendo por televisiones y coches, por ejemplo.
Al final, como consumidores tenemos que decidir, y en muchos casos esa decisión nos condiciona más de lo que pensamos. Con el móvil yo soy de Apple o de Android, y el cambio es un poco traumático, y en los ordenadores casi todavía más.
¿Y tú, de quién eres?
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