Lo que nos perdemos de las nuevas versiones
Dicen que los humanos solo empleamos, con suerte, el 10% del potencial de nuestro cerebro. Pues algo parecido pasa con las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance, o incluso todavía hay mayor diferencia, y cada vez más.
Cada poco tiempo recibimos actualizaciones de aplicaciones que tenemos instaladas en nuestros equipos, en nuestros dispositivos móviles y que se autoinstalan si las tenemos configurados así (auto update), que es la opción recomendada en muchos casos por seguridad.
Pero además de estas actualizaciones de parches de seguridad, también se introducen nuevas funcionalidades que la mayor parte de las veces nos pasan desapercibidas. No nos enteramos de estas actualizaciones, y por tanto no sabemos que hay nuevas funcionalidades disponibles.
Lo mismo pasa con los servicios de suscripción o Software As a Service (SAAS). En estos casos posiblemente nos haya llegado un correo con estas novedades, o un mensaje en algún sitio, pero estamos expuestos a tanta información que rara vez nos paramos a leerla.
¿Y todo esto a qué nos lleva? Pues a lo que decimos, a infrautilizar las herramientas de las que disponemos, a conformarnos con lo que conocemos bien y nos soluciona la papeleta aquí y ahora, pero que tal vez se puede realizar más rápido y mejor utilizando esas nuevas funcionalidades.
Por supuesto cada vez hay más alternativas, más aplicaciones que hacen tareas base similares, y momentos en las que nuestra compañía decide realizar un cambio y nos tenemos que actualizar “a la fuerza”. Este sí es el momento de aprender cosas nuevas, pero nosotros sugerimos que es muy recomendable leer información de las actualizaciones, interesarse por lo menos por las herramientas que más usamos, porque nos sorprenderá conocer todo lo que evolucionan para nosotros sin que nos hubiéramos dado cuenta.
En muchos casos las actualizaciones se agrupan en releases, es decir, un conjunto de nuevas funcionalidades que se entregan al cliente de golpe, como las famosas versiones de Windows (95, 98, XP, etc), o de cualquier programa. Las más conocidas son precisamente las que lanzan las grandes marcas en sus eventos, muchas de ellas vinculadas a nuevo hardware, como los de Apple.
Hay revisiones mayores y menores, principales y secundarias para identificar cambios de mayor o menor calado.
Incluso hay empresas que “escuchan” al cliente y sus nuevas funcionalidades tienen que ver con las sugerencias que los foros de clientes van demandando.
Además, no siempre las nuevas versiones van hacia la obsolescencia programada de nuestros dispositivos, muchas veces corrigen errores y optimizan determinadas tareas.
Por todo ello, no hay que conformarse con lo de siempre, el mundo evoluciona, nuestras herramientas también, y la curiosidad en estos casos nos puede ofrecer interesantes mejoras para nuestra productividad personal y laboral.
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