Grandes cambios en las organizaciones que requieren una adaptación tecnológica
El COVID-19 está provocando grandes cambios en las organizaciones. Muchas de ellas han tenido que paralizar su actividad por los decretos del estado de alarma, otras se han tenido que adaptar, reorganizando el trabajo para reducir la exposición frente al virus, y así reducir la propagación de la pandemia; y a todas les afecta de forma económica.
Uno de estos cambios de organización del trabajo que más ha calado ha sido la adopción provisional del teletrabajo en muchas profesiones, sobre todo en aquellas más administrativas vinculadas a una oficina y al trabajo con ordenador y una conexión a internet.
Pero esta transformación no sólo afecta al lugar y las herramientas de las que disponemos, sino que algunas tareas que tenemos que realizar son distintas, y las tenemos que gestionar.
Algunos procesos a los que las empresas y organizaciones se están enfrentando
El primero de los puntos fue en muchos casos la adaptación y ejecución de los planes de contingencia de las organizaciones a una situación difícilmente prevista.
En otros casos, hay nuevas cargas administrativas, ya sea para la gestión de este tipo de bajas del personal, el aprovisionamiento urgente de equipos de protección individual (EPIs), la coordinación entre empresas e incluso la eventual solicitud de ERTEs y ayudas en general.
¿Y qué tecnologías nos pueden ayudar en nuestros procesos?
Estas nuevas tareas que hay que afrontar y ejecutar de manera urgente se pueden convertir rápidamente en procesos eficientes si disponemos de herramientas empresariales flexibles, como son los BPMs (Business Process Management) y los RPAs (Robotic Process Automation).
Con los primeros, como AuraPortal, podemos diseñar los nuevos procesos de manera visual, con pocos clics y sin apenas programación.
¿Y si juntamos AuraPortal y Wallet ID?
Con los segundos, como Automation Anywhere, el beneficio está en la automatización de tareas repetitivas que un bot puede hacer más eficientemente para centrarnos en prestar el servicio, revisar y gestionar la información introducida, minimizando errores y siendo más productivos.
Por ello, en un primer momento todo el esfuerzo tecnológico se centró en el teletrabajo, pero después, una vez estabilizado, estamos en la fase de consolidación de los nuevos procedimientos a través de aplicaciones empresariales flexibles.
No sabemos cuando será el desescalado, si habrá cambios que se quedarán o serán de verdad provisionales como se plantearon en un principio.
Pero de lo que sí que estamos seguros es de que las herramientas tecnológicas nos están ayudando, y nos están permitiendo afrontar mejor esta situación y también después nos van a servir para adaptarnos a nuestros futuros retos.
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